dinsdag 22 februari 2005

Entre Kalahari y Atacama

Iquique, Chile, martes 22 de febrero 2005

Os he dejado en Benoni en Surafrica sin más información. Ya hace diez meses cuando salí del desierto de Kalahari. Ahora me encuentro en el desierto de Atacama, en la ciudad de Iquique en el Norte de Chile. ¿Qué pasó?

No es una historia extra-ordinario, parace un ciclo como lo hagan las aves migratorias. Ellas se mueven cada año entre dos, tres o más zonas del mundo en un ciclo perfecto. No hago así. Mis puntas fijas son el sur de Francia, Holanda y Las Islas Canarias, pero cada año hay una destinación diferente como cuartera zona.

Pero cada año las aventuras son diferentes. Cuando llegé en La Gomera viniendo de Surafrica no podía alquilar el apartamento de las otras estancias porque no fue disponible. ¡Qué lástima! especialmente porque Ghislaine vino para darme la bienvenida inmediamente después mi llegado al fin de mes de Abril. Graciadamente encontrábamos un apartamento en la Playa de Santiago que nos daba la oportunidad de ver la isla por otro punto de vista.

El mes de Mayo es para pagar impuestos que se hace España en una media hora. Es insólito, así como la obligación de hacer una cita con una oficina en Madrid con una chica que se debe explicar que a lado de San Sebastián en la Península, hay otro San Sebastián en nuestra Isla La Gomera. ¡Son muy isleños los peninsularios!

A primeros de Junio viajaba por Barcelona, per sin pararme como otras veces en este ciudad tan interesante, al pueblo francés de Cessenon sur Orb, cerca de Béziers. Volví a encontrar a mi hermano que vive muy cerco, y a mis amigos en este región, Olivier, Dominique, Taner, Albert y Annelies y a todos los otros quien formen mi red social del verano.

Retomaba mi trabajo anual de cuidar el jardín y especialmente la maldicha haya espinosa, pero pronto debí ir en Holanda para unas obligaciones. A pesar del placer de encontrar a unos amigos de mi vida anterior, a mis hijos y nietas, y a Ghislaine, el clima me mata generalmente en un par de días. Cada vez espero que salga mejor de lo que me esperaba --y a veces se cumplen mis deseos-- pero esta vez el tiempo fue excepcionalmente mal: Lluvias, nubes más de ya conocida contaminación en esta región más cargada de Europa. Volví en Cessonon más pronto que posible para disfrutar un verano como es debido.

Después de que me han visitado mis hijos, nietas y mi mujer durante los meses de Julio y Agosto debía ir otra vez en Holanda para celebrar mis 75 cumpleaños con muchos parientes y amigos con una fiesta especial. Eso fue el primero fin de semana de Septiembre El tiempo fue excellente, sol, calor y todo. Eso, sí, es Holanda.

Pero mis cumpleaños de verdad, el 21 de Septiembre, pasaba en Cessonon sur Orb, con el pequeño círculo holandés formado por mi hermano y mi cuñada Jan y Leny y los amigos Albert y Annelies. Cenamos en mi jardín en la sombra de la morera negra. Las tardes en ésta región pueden ser muy caliente, y así fue.

Unas días más tarde me despidió de Cessenon sur Orb, y de Francia. Pasaba unos días en Barcelona con Xavi antes de continuar mi viaje a La Gomera. Conocí a Xavi por Internet cuando fui buscando alojamiento. Fue un éxito, tanto que unos amigos Holandeses también han pasado unos días con Xavi, que es seguramente prueba de su valor.

Ya desde el pricipio de Octubre, en La Gomera, tenía una mala sorpresa. María de los Ángeles, mi profesora desde los primeros años en La Isla, y con quien emprendía cada estancia del otoño un "proyecto" de traducción, había decidio de volver a la Pensinsula permanentemente. No solo había sido ella mi apoyo en cuestiones linguisticas, lo era también como una de las vinculaciones más importantes con la comunidad de habla español que es --como es conocido-- bastante cerrado entre sí. Contemplaba de acercarme más a la comunidad de Aleman, pero no me gusta la idea de una comunidad de extranjeros en el seno de la comunidad española, porque los Alemanes también son muy cerrados entre sí.

Graciadamente, en el mes de Noviembre, vino Ghislaine, mi mujer, para pasar conmigo unos días de vacaciones en la isla vecina de Fuerteventura; fue un bálsamo para el alma. Pasaba Nochebuena con Ignacio y sus parientes, y al fin de mes de Diciembre vino mi hija Martine para pasar San Sylvestre y Año Nuevo conmigo. Cuando salió en Enero, después ponernos al día charlando durante más de una semana, ya era hora de preparar mi viaje a Chile.

Cuando llegué en Iquique Gabriela y Francisco pasaban para buscarme. Conocí a Gabriela por una encuentra casual en la biblioteca municipal de Iquique unas días antes mi salida en 1998. Aunque perdimos nuestro contacto por e-mail después unos años, eso puede ser restablecido afortunadamente. Por eso mi estancia aquí en Iquique se hice muy atipico. Normalemente, y segurísimo las primeras semanas, tengo poco contacto social. Eso no crece sino lentamente, pero aquí, Gabriela y Francisco, para comenzar me invitaban en un party con sus amigos ya el primero día. Y así continuaban las introducciones en la sociedad iqueña hasta un punto que debo proteger mis horas de leer y escribir.

Ya he pasaba un mes, mirando con asombro todo que pasa. Cada día noto algo en mi diario holandés para selectionar lo importante del grueso, para que no pierdo el hilo de mi propia vida.